El 2021 terminó con un saldo de S/ 3,359 millones en créditos vehiculares otorgados a familias por las entidades que conforman el sistema financiero (bancos, empresas financieras, cajas municipales y rurales, y edpymes). Así lo informó la Asociación Automotriz del Perú (AAP) al indicar que, acuerdo a cifras oficiales, este tipo de financiamiento mostró un descenso de 0.56% a tasa mensual, mientras que al compararlo con diciembre del 2020 se advierte una caída de 4.95%. Cabe precisar que, si comparamos el saldo de cierre del 2021 con la del 2019, previo a la pandemia, la variación es más negativa (-7.32%).
En cuanto al tipo de entidad financiera a la que más recurren los peruanos para acceder a este tipo de crédito, Alberto Morisaki, Gerente de Estudios Económicos de la AAP, sostuvo que los bancos privados continúan siendo los que tienen una mayor acogida con 52.8%, seguidos de las Edpymes (Empresas de Desarrollo de Pequeña y Microempresa), las cuales tienen una participación de 24.2%. Más atrás se ubicaron las empresas financieras, que registraron el 22.5% de los financiamientos, mientras que las cajas municipales y rurales lograron el 0.32% y 0.26%, respectivamente.
Sin señales de recuperación.
El comportamiento del financiamiento vehicular durante el 2021 ha sido débil, sin mostrar señales claras de recuperación y con una tasa de crecimiento anual negativa durante todo el año. Una situación, explicó Morisaki, que evidencia que este mercado no ha respondido de la misma forma que otros en los que sí ha habido mejorías notables. “Una de las razones que explicaría esto, es que las expectativas del consumidor se han mantenido en terreno pesimista desde que se inició la pandemia, lo que ha llevado a que las personas sean más cautas respecto a contraer deudas y obligaciones financieras futuras, reduciendo (entre otros) la demanda por créditos vehiculares”.
De igual manera, dijo, con la intención de mantener una cartera crediticia saludable, las entidades financieras han sido más prudentes al momento de otorgar financiamiento, dirigiéndose principalmente a clientes con comprobada capacidad de pago. De otro lado, destacó que durante el 2021 una porción importante de la población pudo acceder a ingresos extraordinarios (disponibilidad de fondos de AFP y CTS) mientras que otros utilizaron ahorros personales para poder adquirir vehículos, disminuyendo la necesidad de recurrir a un préstamo vehicular para dicho fin.
Al referirse a los próximos meses, el analista explicó que para el 2022, “el desempeño de los créditos vehiculares se verá influenciado por el endurecimiento de la política monetaria de parte del BCRP, que ha venido aumentando sostenidamente su tasa de interés de referencia con la intención de anclar las expectativas de inflación, las mismas que se mantienen por encima del límite superior del rango meta establecido por el ente emisor”. Todo esto empujaría a que el costo del crédito se incremente, afectando al mercado de préstamos vehiculares. Por otra parte, la actividad económica ha venido recuperándose e incluso superó ligeramente el nivel registrado previo a la pandemia, y se esperaría que el año en curso cierre con un crecimiento menor al 3%, lo que llevaría a que el financiamiento vehicular registre un incremento bajo respecto al año pasado.
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