Según un análisis de la fundación ICIL (de mayo del 2016
compartida por Intertransit), entidad dedicada a la formación e investigación
en el ámbito de la logística, estos son los 9 puntos fundamentales a los que se
enfrentan las empresas y negocios que de una forma u otra participan de este
engranaje fundamental para casi cualquier empresa como es la supply chain o
cadena de suministro:
1. La Última Milla.
El desarrollo urbano está suponiendo un desafío a la hora de
cubrir ese trayecto final de distribución que se conoce en el sector como
“última milla”, es decir, el momento final en el que la mercancía se entrega al
destinatario.
Las entregas encuentran dificultades que se van añadiendo
como congestiones de tráfico, zonas peatonalizadas, dificultades de estacionamiento
o parada, horarios restringidos. Buscar soluciones y eficiencia en este sentido
se convierte en necesario ya que el momento de la entrega es fundamental por el
contacto directo con el cliente que supone.
2. Estrategia 4R:
Reducir, Reciclar, Reutilizar y Recuperar.
La sostenibilidad es, como veremos en más puntos, un reto
imprescindible para el modelo productivo y, por tanto, para la cadena de
distribución.
Para conseguirla debemos aplicar esta “estrategia de las 4R”
y tratar de reducir recursos, eliminando los que no sean necesarios y optimizar
el uso de los que sí lo son; Reciclar materiales para que no se conviertan en
residuos y desperdicio dando una nueva utilidad; Reutilizar los recursos cuando
sea posible y finalmente recuperar lo que podamos para no malgastar.
3. Responder a las
nuevas exigencias que se vayan planteando.
Estamos viviendo un momento de grandes y rápidos cambios en
los comportamientos de consumo y por tanto de producción. Predecir el comportamiento
de consumidores y sus hábitos y preferencias cada vez es más complicado y a las
marcas les cuesta mantener la fidelidad de sus clientes. Continuas novedades e
innovaciones obligan a las empresas a estar en constante guardia y reinventarse
para conocer las preferencias y necesidades de sus clientes y adaptarse a
ellas. La logística no es una excepción, al contrario, debe responder
directamente a ello.
4. Aportar valor.
En el sentido del último punto, es fundamental por tanto
conocer al cliente. Y ello para hacer un diseño de distribución adecuado y que
le aporte un valor o una diferencia que consiga fidelidad en el trabajo con
nuestra empresa.
5. Transportes
sostenibles.
España tiene una tendencia mayor al transporte por carretera
respecto al ferroviario, más respetuoso y eficiente a nivel medioambiental. Es
una asignatura pendiente a mejorar, ya que, como estamos viendo la sostenibilidad
y el respeto al medio ambiente es una cuestión muy presente en nuestro día a
día.
6. Vehículos más eficientes.
La tecnología trabaja a nuestro favor, diseñando vehículo
más eficientes, rentables y menos agresivos con el entorno. Renovar la flota
para optimizar el rendimiento de los transportes es una necesidad de la que el
propio Gobierno se ha dado cuenta e impulsa iniciativas como el plan PIMA Transporte Financiación.
7. Certificaciones medioambientales.
La Unión Europea otorga certificaciones de respeto y
adecuación medioambiental como la Ecoetiqueta, una distinción a productos que, siguiendo
criterios muy específicos y estandarizados para toda la Unión Europea,
garantiza el respeto al medio ambiente durante todo el ciclo de vida del
producto: desde sus materias primas, producción, distribución, uso y, por supuesto
desecho.
8. Adaptabilidad y
coordinación.
Al igual que explicábamos en el punto tercero, los mercados
y consumidores cambian y evolucionan, por eso la cadena debe evolucionar con
ello y adaptarse de forma eficiente y coordinada entre sus partes y agentes internos.
Las diferentes áreas de la logística y distribución deben girar en el mismo
sentido para mantener el flujo correcto.
9. Creación de
sinergias.
Y para finalizar y continuando con la coordinación, los
departamentos de logística, tráfico y transporte deben aportar junto al resto
de departamentos.